Fuente: www.poresto.net
La capital de Yucatán es, ni duda cabe, el objetivo primordial del PRI en las próximas elecciones federales y hacia allí se canalizarán todos los esfuerzos de ese partido para acabar con la hegemonía del PAN. Revive la Casa del Pueblo con el entusiasmo de los militantes.
—¡Mérida! ¡Mérida! ¡Mérida! —exclamaron una y otra vez los miles de priístas que acudieron al registro de los precandidatos a diputados federales Liborio Vidal Aguilar, Felipe Cervera Hernández, Angélica Araujo Lara, Rolando Zapata Bello y Enrique Castillo Ruz.
La Casa del Pueblo parecía haber retornado a sus mejores tiempos. La inscripción de los precandidatos atrajo a los priístas de tal modo que la presencia de todos ellos puso en aprietos a la policía para controlar el tráfico de las seis de la tarde.
A diferencia de lo que el cronista observó el domingo en la sede estatal del Partido Acción Nacional, donde ni aspirantes hubo, ayer por la tarde la Casa del Pueblo acogió en su seno incluso a los que se alejaron del PRI hace algunos años. Hasta el alcalde independiente de Yobaín, Adonay Avilés Sierra, acudió a la invitación para el registro de los precandidatos.
Funcionarios del gobierno de Ivonne Ortega Pacheco, alcaldes de Oxkutzcab, Kanasín, Tecoh, regidores de Mérida, dirigentes de los sectores populares, campesinos y obreros, transportistas, representantes de los comités distritales, familiares de los precandidatos e incluso empleadas de las oficinas en las que hasta hace algunos días laboraron, acudieron con entusiasmo a este acto.
La gobernadora arribó a la Casa del Pueblo minutos después de las seis de la tarde, mientras en las bocinas se escuchaba la música del cubano Dayron y el Boom. “Moviendo la colita, mami, moviendo la colita”. La mandataria entró rodeada de los dirigentes del PRI, Mauricio Sahuí Rivero, y del Partido Verde Ecologista de México, David Ramírez y Sánchez, para quien, por cierto, no dispusieron de una silla en la mesa principal, sino hasta que lo vieron llegar.
—¡Vamos a ganar! ¡Vamos a ganar! ¡Vamos a ganar! —corearon los priístas en tanto Ivonne se dirigía a su lugar en el presídium y mientras ella también, sonriente, levantaba los puños.
Los precandidatos comenzaron a entrar una vez que la gobernadora llegó a su lugar. Los arrebatos de la gente por saludarlos hicieron recordar al cronista una tradición japonesa en la que una multitud intenta tocar a un hombre que camina desnudo hacia un santuario sólo para que les dé suerte.
Pero no. Los precandidatos no iban desnudos. Felipe y Rolando vestían de rojo; Angélica de rosa; Liborio de blanco, y Enrique de camisa a cuadros. Y no iban rumbo a un santuario, sino a una mesa en la que habrían de entregar su documentación para quedar registrados.
Y mientras, la gente alzaba algunas cartulinas y pancartas. “Motul apoya a Felipe”, “Camino a la victoria con Angélica”, decía una de los croquistas. Y ellos sonreían.
El presidente de la Comisión Estatal de Procesos Internos, Julio César Avila Novelo, explicó el motivo del evento e invitó a los aspirantes a entregar su documentación en el orden de los distritos. Algunos pensaron que Vidal Aguilar pasaría primero, pero no, pues formalmente él no es precandidato titular por el Revolucionario Institucional, sino por el Verde Ecologista. Por eso primero pasó Cervera Hernández.
A las 18:25 horas entregó su documentación y volteó a los priístas, levantó los brazos en señal de triunfo y sonrió. Araujo Lara esperó su turno detrás, se le veía muy sonriente, nerviosa quizá. Hasta antes de agosto de 2007 no imaginaba que el destino la iba a colocar en esta posición, así que cuando entregó sus papeles también levantó las manos. Y alguien gritó: “¡Arriba las mujeres!”.
Entonces le tocó a Zapata Bello. Rolando entregó sus papeles y alzó los puños.
—¡Duro, duro, duro!
—¡Vamos a ganar! ¡Vamos a ganar!
—¡Mérida! ¡Mérida! ¡Mérida!
Pasó Castillo Ruz, dejó la carpeta de su documentación en manos de Avila Novelo y tomó el micrófono. “Enrique Castillo, presente, ¡no hay quinto malo!”.
—¡Yucatán! ¡Yucatán! ¡Yucatán!
En virtud del acuerdo que se tuvo con el PVEM se le concedió hablar primero a Liborio Vidal Aguilar. Y luego hicieron lo propio Felipe, Angélica, Rolando y Enrique. Liborio y Angélica leyeron sus discursos, los otros tres improvisaron. Rolando lo hizo sin usar el atril, de frente a los priístas, dándole momentáneamente la espalda a la gobernadora, para la cual hubo numerosas referencias como la capitana del equipo.
Mientras hablaban los priístas, funcionarios y diputados locales sólo miraban. Entre ellos habían varios quienes días atrás soñaron con la posibilidad de la postulación, pero al final no se les hizo realidad ese sueño, no obstante que la gobernadora enfatiza que Yucatán es la tierra donde las ilusiones se concretan.
Tal vez eso notó el dirigente priísta y al momento de hablar los llamó a todos a la unidad, a pensar que el enemigo está enfrente y no adentro, a que demuestren que el tricolor va con todo por todo, especialmente por la ciudad de Mérida.
(Rafael Gómez Chi)